top of page

ABOLIR LAS RELACIONES SOCIALES  TRITURADORAS DEL DESARROLLO HUMANO Y LABRAR LAS RELACIONES DE JUSTICIA  E IGUALDAD SOCIAL

La ciencia de la revolución: "No sólo se trata de explicar el mundo, la sociedad y el pensamiento, se trata de transformar esa realidad".
A PROPÓSITO DEL 103 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN RUSA TRIUNFANTE.
 
Así mismo es. Como las fuerzas obreras, campesinas, soldados y marinos, intelectuales y estudiantes, cultores y trabajadoras domésticas; hombres y mujeres de bien,  de todas las naciones sometidas por la bota opresora del imperio ruso, desplegaron las banderas rojas de la insurrección popular, que acabó con la dinastía zarista e inició, liderados por Lenin y las columnas del Partido Bolchevique, la abolición de la explotación del trabajo por el capital y todas las formas de opresión.
Esa trituradora de humanidad que es la sociedad capitalista; es urgente trabarla, atorarla y abolirla. Extinguirla!!!!
Empujar a la tumba al imperialismo depredador y agonizante.
Estos son los pulsos que marcan el reloj de los tiempos.
Esa es la ley de la historia. El devenir histórico es contradictorio, en espiral, con avances, reveses, flujos, retrocesos parciales, reflujos temporales, ofensivas, aceleraciones vertiginosas, derrotas y victorias, pero, el desarrollo, lento por períodos, lapsos rápidos,  en general sin pausa en el ascenso integral y estructural; en definitiva el cambio de relaciones sociales es implacable, radical, inexorable.  El desarrollo histórico es decisivo, el salto cualitativo de lo inferior a lo superior. Se presenta en el tapiz de la historia como un evento inevitable de abolición de las viejas estructuras, surgimiento y creación desde las cenizas, de las decrépitas relaciones sociales derruidas de una sociedad nueva. Lo sustentable y sólido se desvanece en su vetusto espíritu; dando vida a las nuevas relaciones sociales en el crisol de la crisis, jalonada por las contradicciones irreconciliables en el contexto de la época. 
Es el ascenso de las etapas de cambio de época en el desarrollo de la historia humana. El derrotero de la historia de la sociedad en perenne cambio.
Así se explican las condiciones o interpretan los vaivenes de la realidad histórica, desde el inicio de la especie humana.
No obstante, existe otro factor fundamental en el entramado del avance social, es la categoría de relaciones sociales y, la ley de correlación con las  fuerzas productivas en constante crecimiento y avance. 
Además, combinado esto con la categoría de movimiento permanente en tiempo, espacio, consciencia, naturaleza tangible y materia intangible, espíritu. Movimiento que es correlativo y se concatena con las categorías y leyes del devenir histórico. 
Esa categoría movimiento perceptible o invisible, pero, infinito e indivisible y irreductible, se relaciona con el cambio en sus nociones: cambio cuantitativo y cambio cualitativo.
Acá estamos al alcance de la categoría esencial, la de cambio social o revolución. La transformación de la sociedad. 
Nos acercamos a la ley dialéctica y filosófica de la "negación de la negación".
El salto de lo inferior a lo superior, de la viejo y decadente, estático y pudriente, decrépito y agónico, a lo nuevo y creador, el avance cualitativo en forma, contenido y espíritu, pensamiento, ideas y cultura, valores, convivencia,  equilibrio social y material, lo humano y lo natural, el desarrollo y la Madre Tierra, es la praxis social.
Se niegan las injustas relaciones sociales y sobre esos escombros,  nacen y se construyen las nuevas y más justas relaciones sociales.
Lo inviable da paso a lo viable, desde la visión histórica.
Lo que retrasa y obstruye da paso a lo que da potencia al motor del desarrollo social.  
Esa es una ley general de la historia.
Esta es la concepción dialéctica del desarrollo social, la cosmovisión de la historia. 
La ciencia social acerca de la transformación  de la sociedad, el gusano en el caracol ascendiendo en pálpitos y sacudidas, en armonía y estabilidad por períodos, con rupturas y tirones bruscos, en otras fases del desarrollo. La ciencia del pensamiento crítico, que denominamos marxismo leninismo su praxis y desarrollo constante, nos guía para entender los engranajes y circuitos de las relaciones sociales, comprender los factores internos de la sociedad y su movimiento que propician el cambio social, e interpretar nuestro papel y en el rol crucial de la clase trabajadora, como sujeto social en la historia. 
Por ello, la concepción materialista de la historia es la ciencia de la revolución. La acogemos como un instrumento en el ejercicio cotidiano de militancia y protagonismo desde las bases, en el fragor por los derechos de las clases desposeídas y pueblos son juzgados, en la batalla por el cambio profundo de la sociedad.
Es  lo que nos orienta en la praxis como herramienta y arma, instrumento e ideas, cultura y espiritualidad de resistencia, de lucha, de constancia, de rebeldía, de convicción, decoro y pasión revolucionaria, de cambio social, de optimismo y perspectiva histórica, seguridad en la revolución. Ese conjunto y acervo de ideas filosóficas, conceptos y categorías de pensamiento, con propiedades aplicables metódicamente en la investigación,  interpretación y cambio de  la realidad social; es el materialismo histórico.
El pensamiento del materialismo filosófico y la dialéctica,  como método de comprensión de los factores sustantivos que dinamizan el cambio, nos da la clave para entender la correlación e imbricación entre condiciones objetivas y subjetivas.
Desarrollo material y relaciones sociales, ideas y cultura. La base social en el proceso de producción y superestructura del Estado, instituciones, factores culturales de la colectividad humana e ideología inoculando el imaginario colectivo.
Complementariedad y relación  entre la maduración de las condiciones objetivas para el cambio. La agudización de las contradicciones sociales, en el modo de producción, la inevitable crisis y ruptura de las categorías de sostén de la formación económica - social en decadencia y consecutivamente; o simultáneamente, la creación o surgimiento de las condiciones subjetivas, es decir, la sensibilidad humana a flor de piel desatando su indignación ante el oprobio y la explotación, la injusticia social y la impunidad, la desigualdad y la miseria, la resistencia, la indignación, el estallido social, la rebeldía, en concordancia con las ideas de cambio, la conducción política, la organización, la cultura revolucionaria, el decoro y la consciencia de clase de los desposeídos; los enjambres humildes, las riadas de parias, olvidados, excluidos y descamisados descalzos. Los conglomerados de obreros, familias campesinas sin tierra,  desheredados, indígenas, masas y comunidades abandonadas, cesantes, las capas sociales marginadas y vulnerables.
A  la par de estas clases sociales fundamentales y por factores históricos,  las llamadas a liderar estas batallas transformadoras,  caminarán los estratos de intelectuales, artistas, profesionales, artesanos y otros enjambres de pueblo honrado y labriego, que no tienen nada que perder, para en un movimiento insurreccional estratégico en la geografía y el tiempo, desarrollar las ofensivas, tácticas y estratégicas, hacia la toma del poder político.
Este proceso se articulará con la estructuración de un movimiento o partido político de vanguardia, con un programa, unos principios de organización, moral, espiritualidad y acción cotidiana.
Es el ejército político de la Revolución como lo definió, diseño y conformó, Vladimir Ilich Lenin, en labor articulada con aquella brillante generación de líderes rebeldes. El partido Bolchevique. Ese el partido de las clases humildes y populares.
El PARTIDO BOLCHEVIQUE QUE DIRIGIÓ LA REVOLUCIÓN PROLETARIA DE OCTUBRE 1917 EN RUSIA. LA PRIMERA REVOLUCIÓN SOCIALISTA QUE LLEVO ADELANTE UN PROGRAMA DE TRANSFORMACIONES PROFUNDAS DE LA SOCIEDAD. TERMINÓ CON LA AUTOCRACIA ZARISTA Y ABOLIÓ LAS RELACIONES SOCIALES DE EXPLOTACIÓN. INSTAURÓ UN PODER DE  NUEVO TIPO: EL PODER SOVIÉTICO. EL PODER DE OBREROS, CAMPESINOS POBRES, TRABAJADORES EN GENERAL, HOMBRES Y MUJERES LIBRES POR FIN. EL PODER SOBERANO Y ORIGINARIO DEL PUEBLO.
Claro está con las enseñanzas y tradiciones revolucionarias, el acervo y la praxis de Marx, Engels y las generaciones emblemáticas desde la constitución de la Liga de los Justos, los comunistas posteriormente, el nacimiento del Manifiesto del Partido Comunista. Esto en 1848. La experiencia de la Comuna de París en 1871.
La ciencia de la revolución: "No sólo se trata de explicar el mundo, la sociedad y el pensamiento, se trata de transformar esa realidad". Nos invocan Carlos Marx y Federico Engels en el Manifiesto Comunista.
Estas líneas a grosso modo, para tener una leve idea, de la razón histórica por la cual  existen o  prevalecen; las personas, círculos políticos y colectivos culturales, que nunca fueron mediatizados, alienados ni adredados, a la humillación política y moral.
Que nunca se  hincaron ni fueron  reducidos al servilismo. 
Por el contrario, enaltecidos por el decoro, su clarividencia y constante desarrollo del pensamiento crítico y la cultura rebelde, se mantuvieron indomables e invictos, de cara al sol como nos escribió José Martí, con letras infinitas y heroísmo mambí.
Esas gentes esclarecidas lideraron siempre los procesos de organización de las fuerzas políticas  del cambio, esbozaron programas, táctica y estrategia, formas de organización, ilustración y concepciones para preparar las fuerzas motrices de la revolución,  afrontar todas las peculiaridades y métodos de lucha, y el  combate social, político, ideológico y para  desarrollar las batallas  necesarias, en los más complejos escenarios de guerra  psicológica, mediática, regular e irregular, económica y jurídica y, en los terrenos que las circunstancias y las tareas impongan,  para impulsar las revoluciones sociales.
Por ahí se encuentra el horizonte y saldrá la aurora de la libertad definitiva de los pueblos.
Unas reflexiones sobre praxis revolucionaria, urgentes. Los tiempos no esperan, evolucionan como vientos huracanados. Rotando y vertiginoso a la vez.
Esa praxis revolucionaria en la impronta de las filas militantes y luminosos insurrectos, del Partido Bolchevique ruso;  en aquellos estremecedores días de OCTUBRE DE 1917.  
Su herencia, ejemplo y lecciones nos alumbran el camino de combates populares de cada minuto y cada día; el objetivo político de las clases humildes organizadas,  es asaltar el poder y trazar la arquitectura de la revolución social.  Cambiar todo lo que tenga que ser cambiado para levantar los pilares de la sociedad de derechos y dignidad plena, como nos enseño también Fidel Castro Ruz.
La Revolución Proletaria de Octubre de 1917 en Rusia, y la edificación de la sociedad socialista en el  país de los soviets, es un hito de la historia moderna y su vigencia salpica hoy con energía vital, la consciencia y el corazón de los pueblos del mundo.
Óscar Barrantes Rodríguez
CBYLO - CPCES 
Comuna "Volcán Viejo"
Desde alguna latitud de Latinoamérica 
Noviembre 07 2020
bottom of page